jueves, 29 de abril de 2010

Una llamada

Cada noche antes de dormir espero una llamada que me haga feliz. Sin darme cuenta me quedo adormecida con el alma roída.

Entre dormida y despierta le pido a dios me regale una bendición una muestra de afecto de calor.

Yo solo deseo escuchar la voz de un ángel que me llene el alma de calma pero no un ángel cualquiera, un ángel que susurre en mi oído un ángel especial uno que me quiera.

Pasan las horas, la llamada no llega, casi va amanecer yo aun sigo despierta, el cansancio, la espera, cada noche y el no suena. La voz de mi ángel se perdió en el mutismo. ¿Será que he ensordecido?

Esto es desesperante no concilio el sueño tampoco escucho la llamada cada vez es peor el sonido de su voz desaparece mientras mi dolor crece y crece mi ángel no viene.

Continuo a la espera cada noche sigo en vela, solo deseo una llamada que me haga feliz pero no el teléfono nunca suena.

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